Las condiciones más importantes a tener en cuenta antes de la instalación del suelo de madera en exterior, deben ser:

• condiciones climatológicas del lugar dónde irá 

instalado. Sobretodo la incidencia de sol y calor y la  humedad media de la zona.

• los xilófagos, como agentes externos. Así como 

hongos e insectos.

• resbaladicidad: factor importante, no sólo debe 

tenerse en cuenta el material con el que está fabricado el pavimento, sino el tratamiento posterior 

que se le aplique (barniz, limpieza, encerado, tintado, etc...) ya que afecta el nivel de resbaladicidad.

El resultado debe favorecer a que las personas no 

resbalen, tropiecen o se dificulte la movilidad.

Cuando un suelo de madera es expuesto a una exposición prolongada de agentes climáticos externos, ya sea el sol, calor y/o humedad, produce un ligero cambio de color en la superfície de la madera hacia un tono grisáceo. Es un proceso natural de la materia prima, llamado fotodegradación que no afecta a su resistencia mecánica, durabilidad ni a sus prestaciones a largo plazo. Para ello se realiza un ligero lijado superficial para reparar la madera y vuelva a presentar su color original. La aplicación de lasures y aceites ayudan a relentizar este tipo de proceso natural y a disminuir este tipo de alteraciones

Mantenimiento de la Instalación:

Todas las instalaciones y de forma anual hay que realizar las siguientes actuaciones:

• Reapretar la estructura, es decir, tornillos, anclajes, tirafondos, etc... y sustituir aquellas piezas que presenten alteraciones irreparables, como roturas y astillamientos, tal y como presenta la Norma UNE 56823:2008.

• Debe repetirse este proceso, como minímo , cada tres años.